La idea principal detrás de este concepto es, en un mundo donde el conocimiento se expande a pasos agigantados, existe la posibilidad para las organizaciones de comprar innovación externa, ya que cada vez se hace más difícil y costoso generar ideas dentro de las mismas. De la misma manera, la posibilidad de vender ideas generadas “in-house” es cada vez más real.
Para esto, en algunos casos el consumidor es invitado a participar trabajando dentro de las empresas para pensar en conjunto con los encargados de las tecnologías, nuevas ideas que se conviertan en productos que se enfoquen más a los gustos o necesidades reales y relevantes para los consumidores.
Empresas como Xerox, Microsoft, Apple o P&G se han visto beneficiados con esta nueva ideología.
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